TRABAJANDO EN NUEVA YORK - PARTE II

Lima 17 de Jnuio 2014

Continuando el artículo anterior:


El pequeño restaurante era tan acogedor no solo para nosotros, teníamos un vecino de una mesa contigua que siempre estaba los viernes a la misma hora que nosotros, se sentaba y se tomaba él solo, una botella de cerveza de un litro y luego se iba, supongo que un poco lo acompañamos con nuestras risas y bromas, también estaban un grupo de haitianos, que eran bastante amables, con los cuales compartimos unas cervezas un par de veces, en suma esas tardes de viernes a golpe de las 5 pm hasta las 7 o 10 o pocas veces 2 o 3 de la madrugada han sido las más agradables en mi estadía en la gran manzana.
Los viernes por la tarde siempre se planeaba algo, una actividad, exposición o la siguiente reunión, se planeba todo entre risas, conversaciones cruzadas, interrupciones, chistes y anecdotas.

Las exposiciones no eran de las más espectaculares pero ninguno negara que la pasamos muy bien, varias de las exposiciones fueron en un bar en Manhattan, no la parte céntrica más bien la zona más cercana al Bronx, en parte creo que nos llamaban a exponer para que consumiéramos unas bebidas, tener publico y ganar unos centavos con nosotros. Pero en una ocasión expusimos en otro bar al otro extremo de Manhattan cerca de Brooklyn, un lugar distinto, de público ruso (al menos eso parecían), el administrador a diferencia del otro local que nos vendía las bebidas,(en todo su derecho por supuesto) él nos las invitaba, unas cervezas extrañas que nunca había probado en mi vida y que no he vuelto a probar, pero parece que nos veía cara de sedientos que las dos o tres veces que fuimos nos llenaba de cervezas, era muy amable con nostros el ruso.

Conversando con el descubrimos que era un apasionado del arte aunque pareciera más de una película de la mafia rusa, conocia a muchos artistas, sabia de Historia, estaba al tanto de las actividades culturales, en fin todo un erudito, asi que las conversaciones siempre fueron amenas ya que teniamos un tema en comun, luego de ir como tres veces a coordinar la exposición está al fin se llevó a cabo, y lamentablemente no pude ir, no recuerdo porque , pero seguro algo importante estaba haciendo…en fin, la siguiente semana fui a requerimiento de nuestro anfitrión sin saber porque, fui acompañado de Carlos mi amigo Ecuatoriano, llegamos temprano, el bar estaba totalmente iluminado, extrañísimo ver un ambiente así a plena luz, pierde la magia que tiene a oscuras, me senté en una mesa, me presentaron al dueño, me pareció extraño, porque yo un latino importancia para ellos no la tenía, hasta que me dijeron que mi pequeña más bien diminuta pintura había sido robada, era una pintura de 15 x 20 cm, casi suelto una carcajada, porque en vez de molestarme me sentí alagado, pensé que a una persona le habría gustado tanto mi pequeña pintura que decidió tomar el riego de robarsela, pero... no me reí, porque en la mesa estaban todos serios, el dueño me pidió disculpas y me ofreció 100 dólares por daños y traumas, los acepte en el acto, casi con miedo de que se arrepentiese a ultimo momento, asi que sali contento del lugar como si hubiese vendido una obra.


Como tengo por costumbre hasta el dia de hoy el darme un gusto cuando gano algo, llegando a casa, justo en el paradero del tren me dirigí a un chifa conocido y pedí tallarines con langostinos, ellos servían este plato con abundantes langostinos, deliciosos, los pedía para llevar y los comía en mi cuarto viendo televisión, el siguiente viernes esta anécdota fue motivo de conversación y risa para nosotros en el restaurante de la esquina, cabe resaltar que parte de ese dinero llegaba a Lima casi inmediatamente, mi hija era una bebe de 8 meses cuando viaje, recordar esto si opaca todos los momentos vividos en Nueva York, pero el viaje no fue de placer ni de vacaciones fue de trabajo, las personas que conocí son las que marcaron la diferencia en este viaje.


La siguiente semana nos avisaron de una feria en la calle en una zona conocida como la cocina del diablo the kitchen of the hell in english, así que fuimos tres personas, Santa, Fanny y su servidor, Jeremías amigo peruano que iba a toda actividad sin importar donde fuera, no asistió, su olfato le dijo que esta feria no tenía futuro, y tuvo toda la razón habían un poco de pintores, otros artesanos y vendedores de antigüedades, pero público no había, era como un desierto, creo que en todo el día pasaron 10 personas, ¡! pero ¡! una de las personas se enamoró de una de mis pinturas y luego de pasar dos veces por nuestro ubicación y hacerme unas cuantas preguntas se decidió y me dijo I will take it, así que me compro una pintura por 600 dólares, realmente fue una gran sorpresa, en un instante estuve corriendo por las calles cruzando por el Madison Squeare Garden camino a una tienda de materiales de arte a comprar un tubo para la pintura, (a requerimiento de la nueva dueña) regrese corriendo como 4 cuadras puse la pintura dentro del tubo y recibí el dinero, ni siquiera transpire, esa época del año estaba empezando el invierno y en ese invierno en Nueva York la temperatura bajo varios grados bajo cero, luego invite el almuerzo y llegando a mi cuarto por la noche me compre unos tallarines con langostinos para terminar el día.


Continuara…